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La Blanca Ciudad

EL VOLCAN MISTI

El Volcán Misti es un símbolo impotante de nuestra Ciudad.

LA PLAZA PRINCIPAL

Una de las más hermosas construidas en el Perú

LA CAMPIÑA

los paisajes que bordean el Cañon del Colca

EL ETERNO CIELO AZUL

Nos acompaña todo el año

EL MONASTERIO DE SANTA CATALINA

Es uno de las principales construcciones arquitectónicas de hace cientos de años

martes, 27 de agosto de 2013

Clima de Arequipa


El clima de Arequipa es generalmente templado y seco, gusta a muchos ya que no llega a tener inviernos muy fríos ni veranos fuertes de puro calor, la tempera normalmente no sube sobre 25 grados centígrados y también es raro que baje de los 10 grados centígrados.
La humedad promedio es de 46%, en verano puede llegar hasta un 70% y en las demás estaciones como invierno, otoño y primavera llega a un mínimo de 27%. Por otra parte la época de lluvias suelen ser entre los meses de enero y marzo las cuales no son exageradas calificadas como totalmente soportables.
Aunque no todo es tan bueno ya que la radiación solar como bien sabemos esta aumentando en todo el mundo en Arequipa suele estar entre los 850 y 950 watt por metro cuadrado el cual es alto.
Los vientos de Arequipa se presentan principalmente en las noches y en las primeras horas del día con una dirección nor este, en las horas que restan se siente más las brisas del valle que van a una dirección sur oeste, siendo la velocidad del viento en promedio de 1,5 y 2,5 metros por segundo.
Clima de Arequipa Perú

Se debe tener en cuanto que Arequipa pertenece a la costa del Perú aunque tiene una pequeña parte de sierra, esto hace que tenga un clima muy especial y variado pero sin llegar a extremos.
En resumen podemos decir que el clima de Arequipa es muy bueno por no tener extremos fuertes de frio ni calor además que posee un clima seco la mayor parte del año, hay pocas personas que pueden quejarse del clima estando varios días en la ciudad.

viernes, 23 de agosto de 2013

 

 
Rocoto relleno
 
Rocoto relleno en su jugo, recién salido del horno.
El rocoto relleno es un plato peruano de origen arequipeño elaborado a base de rocoto, que es un fruto muy picante, similar al ají, pero de forma redondeada y de tamaño similar al de una manzana (hay algunas especies más pequeñas), y que posee un sabor más dulzón, que es muy apreciado principalmente en la región Arequipa pero también extendido en el resto de este país. Es uno de los platos más destacados de la gastronomía del Perú, siendo incluso el rocoto exportado a otros países.

Características

Se trata de un plato picante en el que el rocoto se rellena a base de carne molida,olivo, guisantes, queso fresco, todo ello aderezado con comino y perejil picado. El plato se pone al horno y se sirve caliente. Tanto en Arequipa, como en la mayoria de resturantes arequipeños en Lima o en el resto del pais, inclusive en el extranjero, el rocoto relleno tradicionalmente se acompaña de papa horneada junto al rocoto, desde hace algunos años se acompaña con el tradicional pastel de papa, en cuya preparación se emplea láminas de papa blanca, tumbay u otra de la zona, dispuestas en capas intercaladas con queso fresco o requeson.
 



 

CAÑON DEL COLCA

El cañón de Colca es el atractivo mayor de la región de Arequipa y también uno de los más importantes del Perú. Se puede dividir en 2 partes. Entre Chivay y Pinchollo (ver mapa abajo), el Colca es un valle abierto, fértil y poblado, caracterizado por hermosas terrazas agrícolas y una decena de pueblos pintorescos donde los Indios Collaguas mantienen sus costumbres. Más abajo, el valle se cierra y se transforma en un profundo y angosto cañón, que se puede admirar desde los alrededores de Cabanaconde. Hay esencialmente 2 tipos de tours: los tours en bus que permiten ver el cañón desde las alturas desde unos impresionantes miradores, y las caminatas que permiten bajar al cañón desde el pueblo de Cabanaconde.
Aquí les presentamos algunas posibilidades de tours organizados en servicio colectivo. Las tarifas indicadas son válidas en tiempo normal. Pueden subir en ocasiones especiales tales como Semana Santa, Navidad, Fiestas Patrias, etc. En todo caso les confirmaremos el precio vigente al momento de la reserva.

Valle del Colca

El valle del colca, se encuentra a pocas horas al norte de la ciudad de arequipa, en el perú. Aquí se encuentra el río colca y el cañón del colca.
En el recorrido se pueden ver interesantes paisajes naturales y cóndores, llamas, alpacas, guanacos, vicuñas y vizcachas.

Altura

Para llegar a este valle, hay que subir a 4.350 metros sobre el nivel del mar y luego descender a 3.400 metros de altura. En el descenso se pueden apreciar paisajes con nevados y andenes.

Arqueología y actualidad

Los collagua, antiguos habitantes de la zona, anterior al Imperio Incaico, dejaron sus huellas que se pueden ver a través de sus vestigios, petroglifos y cuevas donde se almacenaban los cereales.

Luego de la conquista española los habitantes del Colca fueron agrupados en reducciones, formando poblados que se asentaron a ambos lados del valle, estableciendo una organización espacial y económica del territorio. En las riberas del río Colca hay catorce poblados del siglo XVI de influencia hispánica que hasta la actualidad conservan varios de sus rasgos originales.
Destacan sus fiestas tradicionales y las iglesias profusamente ornamentadas.

Mirador natural

Partiendo de Arequipa hacia el Valle del Colca, el primer pueblo que se encuentra es Chivay, en que se destaca un mirador natural, desde donde se pueden ver volar los cóndores en su ambiente natural, así como el volcán Coropuna y el cerro Ampato.

Deportes de aventura

Esta zona del Colca es propicia para los deportes de aventura y para las caminatas.

El Río, el Valle, el Cañón

El río de Colca comienza en los Andes, en el alto de Condorama Crucero. El Valle propiamente dicho empieza donde el espacio cultivable de sus márgenes se vuelve más ancho. Los circuitos turísticos tradicionales comienzan el Valle cerca del pueblo de Chivay, al pie del Nevado Mismi, el origen más lejano del río Amazonas. Es desde este sector donde los andenes o terrazas de cultivo formando curvas caprichosas a lo largo de las márgenes del río, dominan el paisaje.
Luego de su paso por la antigua población de Maca, la pendiente del río aumenta notablemente y el río se va alejando en profundidad del nivel del valle en el que se encuentran las poblaciones. Es aquí donde empieza el Cañón del Colca propiamente dicho. Alcanza su mayor profundidad cerca del famoso mirador de Cruz del Cóndor. Es el cañón más profundo del planeta según estudios de un polaco en el año 2005,seguido por el cañón de Cotahuasi, antiguamente el más profundo y el Gran Cañón. Luego de un descenso notable, caracterizado por lo que los canoístas consideran algunos de los mejores rápidos del hemisferio occidental, el río toma el nombre de Majes al entrar al Valle del mismo nombre. Finalmente y luego de un descenso mayor hacia la costa del Pacífico, el río toma el nombre de Camaná y desemboca en el mar cerca de la ciudad del mismo nombre.


Fuente: wikipedia.org

martes, 20 de agosto de 2013

MONASTERIO DE SANTA CATALINA. AREQUIPA


Pileta en la Plaza Zocodober. Al fondo la cúpula de la iglesia.

Siempre que puedo me gusta visitar el Monasterio de Santa Catalina, 
en Arequipa, Perú. Esta joya de la arquitectura colonial en Latinoamérica, 
es el monumento más famoso de Arequipa y Patrimonio de la Humanidad 
por UNESCO
Pero no es sólo por su rica historia de más de 400 años, 
por su peculiar estilo (producto de una turbulenta historia sísmica
, del mestizaje y la innovación de los alarifes), 
por su impresionante estado de preservación,
 o por el valioso compendio pictórico de su rica pinacoteca.






















Imagen del claustro Mayor, el más grande del monasterio, 
construido entre 1715-23 con sus paredes de color naranja encendido. 
Alrededor del claustro se ubican una serie de 32 pinturas. Al fondo se observa la cúpula de la iglesia.

Lo que más me atrae de esta ciudadela es su intermitente y cautivante tejido urbano, 
su riquísima variedad y calidad espacial, su dramático tratamiento de la luz,
 su abrupto y sorprendente manejo de escala, su admirable definición de dominios, 
su estimulante uso del color y la nobleza y masividad de sus edificios, 
que se hace a veces transparente mediante arquerías o elementos sutiles. 
Todo ello orquestado magistral y coherentemente en un lenguaje sobrio, 
sencillo y sin aspavientos, propio de un convento de clausura.






















Ondulante recorrido de la calle Toledo




















Masivo, contundente y austero juego de volúmenes, característico 
de la arquitectura colonial arequipeña.

UBICACIÓN

El Monasterio de Santa Catalina se encuentra a una cuadra hacia 
el norte de la imponente Plaza de Armas de Arequipa
Urbanamente se distingue del resto del damero colonial 
ya que ocupa una manzana y media del mismo.



A pesar de ello, hasta antes de 1970 los arequipeños no tenían 
idea de lo que acontecía tras sus callados y sólidos muros. 
De hecho, es muy difícil encontrar fotografías antiguas del monasterio;
 inclusive guías turísticas de 1960 prescindían del conjunto monástico,
 que curiosamente es ahora el símbolo por excelencia de la arquitectura colonial arequipeña.





















La fachada sobre la Calle Santa Catalina, antes de la restauración en 1970, 
cuando sus muros 
se mantenían pintados. Foto cortesía de Arkinka.

Luego de 1970 el monasterio se dividió en dos partes, una antigua 
que se abrió al público y otra moderna, que es donde viven actualmente
 las monjas en clausura. A ellos se suma la Iglesia de Santa Catalina,
 la que está lógicamente abierta al público, y a la que acceden las monjas 
desde un ámbito no visible.





















Fachada principal de la Iglesia, en cuya portada se encuentra una imagen 
de Santa Catalina de Siena. En la torre del campanario, construida en 1748, hay 4 campanas.

BREVE HISTORIA

En 1576 Doña María de Guzmán, una rica y adinerada viuda, 
decidió a sus 30 años entregar todos sus bienes para la 
construcción de un monasterio en honor a Santa Catalina de Siena, 
or 4 solares, pero adiciones y donaciones importantes lo harían extenderse
 hasta ocupar una manzana y media en alrededor de 20,000 m2. 
Esta expansión es producto de la donación de Fray Juan de Almoguera
 (1660-1672), y que según Zamácola
“…diole más extensión al terreno, sin reparar en el perjucio que
causaba a la ciudad y al público cortando dos calles rectas”.















Vista del monasterio (el norte se ubica a la derecha de la imagen). 
Nótese cómo el tejido más orgánico se encuentra más hacia el norte, mientras que los claustros 
rectangulares se ubican hacia el sur. Imagen Google Earth

A lo largo de los siglos XVII y XVIII muchas monjas de familias 
pudientes ingresaban al convento, pagando importantes sumas y 
construyendo sus propias celdas y las de sus sirvientes y esclavos. 
Algunas veces niñas ingresaban al convento sólo por algunos años,
 pues era símbolo de estatus entre las familias ser educado 
en un convento o monasterio. Las religiosas pasaban los días entre 
rezos, cánticos, meditaciones, actividades educativas, labores 
domésticas e incluso preparación de alimentos que algunas veces ofrecían al público.




Entre todas las religiosas que habitaron en el convento, 
la más famosa es Sor Ana de los Ángeles Monteagudo
piadosa mujer que llevó una vida de austeridad y que llegó a
 ser priora del monasterio, y a quien se le atribuye la capacidad de predecir hechos. 
Diversos hechos milagrosos la llevaron a ser beatificada por Juan Pablo II,
 no sin cierto temor entre la población mistiana, ya que según la leyenda 
el día que la santifiquen el volcán Misti reventaría. En realidad, lo que la
 humilde mujer dijo fue “no me considero digna de que me llamen santa.
 Eso es tan improbable como que el Misti reviente”.


Calle Sevilla. El foco visual del fondo, enmarcado por soberbios contrafuertes, 
corresponde a la antigua iglesia de Santa Catalina, posteriormente convertida en cocina.
TRAZADO URBANO

La sucesión de plazas, patios y callejuelas, producto de las modificaciones 
impuestas a través de los siglos conforman un paisaje urbano coherente, 
pero complejo, por momentos laberíntico, muy rico en sensaciones 
visuales y espaciales. Patios de proporciones cuadradas definidos 
por claustros en la zona sur contrastan con una trama más irregular y 
orgánica en la zona norte, que es más antigua.

Planta del Monasterio antiguo

Espacios concatenados a lo largo de una secuencia de calles y plazas que 
establecen un dominio paulatino y claro entre el espacio público y el privado.





















Vista de la Calle Córdoba, con sus tradicionales maceteros de geranios contrastando 
con la pared blanca de sillar.

Calles amplias definidas por muros altos encuentran escala humana
 mediante arcos que las atraviesan. Callejuelas estrechas definidas por
 construcciones bajas de techo de teja nos apuran el paso y de pronto 
nos conducen a adorables placitas, o descubren generosos huertos. 
De hecho, los nombres de algunas de ellas (Granada, Córdoba, Sevilla) 
nos permiten transportarnos al paisaje urbano andaluz. Recorrer el monasterio 
expone al visitante a una experiencia fenomenológica estimulante y variada.





















Patio de los Naranjos, debido a los árboles de naranjo, presenta un característico color añil. 
Cada viernes santo,
 las religiosas representan la Pasión de Cristo en estas tres cruces verdes.

ESTILO

En palabras del arquitecto Frederick Cooper, el Monasterio de Santa Catalina es
“un valioso documento que afirma y corrobora la existencia ininterrumpida

de una cultura arquitectónica viva, permanente y segura,

encarna la vigencia continua que tuvo un ordenamiento constructivo y formal a la cual se integraba y subordinaba la creación personal.”
Efectivamente el estilo constructivo del monasterio, llevado a cabo hábilmente por alarifes,
 diestros en el tratamiento del sillar (piedra volcánica pusolánica de color blanco, 
predilecta en las construcciones arequipeñas antiguas) pero desprovistos de
 formación académica estilística, no difiere sustancialmente al resto de las
 construcciones de la Arequipa colonial.

Detalle de la cocina.Los juegos de luz y sombra producen efectos dramáticos y espacios cargados de gran espiritualidad. 
A ello coadyuva la fuerte incidencia solar característica del cielo arequipeño.
Sin embargo, la ciudad y el monasterio recorrerían caminos diferentes a
 partir del sismo de 1868, en que la primera se entrega a nuevos 
estilos foráneos, el higienismo, neoclasicismo y posteriormente el movimiento moderno,
 mientras que el último mantendría el estilo colonial austero del conjunto, sin mayores 
aspavientos ni cambios de estilo (que sí sufrieron otros templos, como la catedral, 
la iglesia de la Compañía, el templo de San Francisco, entre otros), haciendo 
primar el conjunto a la individualidad.






















Otra vista de la calle Sevilla.

UNA DESCRIPCIÓN DEL CONVENTO

Para una interesante descripción del monasterio, citaré a la reconocida escritora 
francesa Flora Tristán, quien a su paso por Arequipa dejaría importantes testimonios
 de la ciudad colonial, en su libro “Peregrinaciones de una Paria”, en 1838. 
La cita está tomada d la revista Arkinka N. 31.




















El Patio de la lavandería. Obsérvese el hermoso retranqueo de volúmenes con el que se resuelve 
esta esquina, que da lugar a una agradable placita.



En el corazón de la ciudad se halla la Plaza de Armas, cuya evolución arquitectónica y paisajista es, en general, poco conocida. Arequipa, como otras ciudades en la colonia española, fue fundada sobre una cuadrícula. Sin embargo, la plaza presenta características singulares en comparación con otras plazas de su época en Hispanoamérica: la regularidad geométrica de su traza urbana, su gran tamaño (110 x 110 m), la continuidad de su perfil circundante y la disposición de su iglesia mayor, cuyo eje mayor se encontraba paralelo a la plaza, y no perpendicular, como era la tradición.

Este espacio fue concebido, desde su fundación en 1540, como el ámbito donde se desarrollarían las principales actividades religiosas, sociales, cívicas y de entretenimiento (como corridas de toros) de la ciudad. Pero la principal función de la plaza hasta 1868 fue la actividad comercial, ya que funcionaba como un mercado abierto. Y es que el término plaza en español, a diferencia de su equivalente en inglés square, no sólo implica un espacio abierto en la ciudad, sino también "donde se venden los mantenimientos y se tiene el trato común de los vecinos, y donde se celebran las ferias, los mercados y fiestas públicas."





LA CATEDRAL

Al principio, era una modesta capilla, construida en 1544 por el albañil Pedro Godinez y adquirió el título de catedral al fundarse el Obispado de Arequipa en 1600. Las paredes eran de sillar y el techo de madera. Según la catedral evolucionó tras sufrir los efectos de los terremotos de 1606, 1666, 1668, 1687 y 1784 (Ver más detalles en AQPlink). En el siglo XVIII la catedral era una estructura de piedra y ladrillo de 60 m de largo por 28 de ancho. Junto a la catedral se ubicaba la capilla de San Juan, pero ambas iglesias fueron destruídas por un incendio en 1844 (, 2004).





La nueva catedral de estilo neoclásico, ocuparía la extensión completa de la cuadra (107 m) fue obra del arquitecto arequipeño Lucas Poblete. A cada lado del atrio de la catedral se ubicaron dos grandes arcos, terminados en 1850 por Luis Gamo. De acuerdo a Grandidier (1861), la catedral de Arequipa fue en su tiempo "el más importante monumento construído en Hispanoamérica después de la independencia".






En 1908 el diseño de la plaza, considerado muy básico por el alcalde Eleodoro del Carpio, fue completamente remodelado por el jardinero Lucioni, quien utilizó un modelo europeo que facilitaba un recorrido más casual. En 1910 se incluyeron palmeras, a fin de incrementar la escala monumental de la plaza. La estatua del tuturutu fue removida por considerarse "no estética" y fue a dar a un depósito... ¡en la cárcel! Sería repuesta y restaurada unos años más tarde, en 1920. Con cambios menores, ese diseño ha perdurado hasta nuestros días.







viernes, 16 de agosto de 2013





COMIDA AREQUIPEÑA

Un chupe de camarones, un rocoto relleno con pastel de papa, un 
adobo entre otras delicias culinarias son infaltables en las mesas 
de los arequipeños. Sin lugar a dudas la comida arequipeña ha 
logrado posicionarse como una de las mejores y más variadas.
El arequipeño de raza realizaba la celebración de la buena mesa 
disfrutando de la cercanía de lo rural, debido quizás a sus orígenes lonccos, confundido con sus paisanos menos afortunados, 
entre árboles, riachuelos y animales de corral, cerca de fogones 
de leña, en amplias mesas de madera, dispuesto a una larga y 
rociada sobremesa en la que se ríe y canta.
Los conocedores de la buena gastronomía arequipeña saben que 
es en las picanterías tradicionales, como las de Yanahuara, donde 
puede hallarse lo mejor y lo más típico de la comida local.
La comida se inicia con platos ligeros o “entradas”, el más típico y 
renombrado es la ocopa, versión arequipeña de la papa a la huancaína. Son también muy típicos el escribano, la zarza de machas o 
tolinas (encebollado con mariscos, originario de Camaná Y Mollendo), el soltero de queso y la tortilla de camarones. Acompaña 
al buen sabor de los platillos, el infaltable llatan.
En Arequipa se estila comer por cada día un “chupe” distinto, el 
lunes comenzamos con el chaque, el martes el chairo, el miércoles el pebre, el jueves la timpusca, el viernes el chupe de camarón, 
el sábado el rache y el domingo el caldo de lomos.
fondo son variados, entre ellos el rocoto relleno 
con pastel de papa, el locro, el adobo, el ají de camarones, el ají 
de lacayote, la malaya dorada, cabrito al horno y el cuy chactado.
Muchos platos arequipeños suelen servirse al día siguiente como 
parte del desayuno, el famoso “calentao” precede a los grandes 
panes de tres puntas.
Tan exquisita es la comida arequipeña que a nivel nacional e internacional, paisanos nuestros han colocado restaurantes con 
las especialidades de casa, y ese ha sido el éxito de sus negocios. 
Todo visitante que llega a Arequipa no puede dejar de probar estas delicias y para complacer el paladar un buen final es degustar 
el delicioso queso helado.
Arequipa es reconocida por el blanco de su sillar, el coraje de su 
gente pero sobre todo por la exquisita comida. Las picanterías 
arequipeñas son reconocidas por la presentación de sus platos y 
el uso generoso del rocoto, fueron concebidas para ser disfrutadas al aire libre.



LA CHICHA DE JORA
Desde años remotos, en las picanterías de Arequipa el infaltable 
vaso de chicha de jora ha sido el mejor complemento de las comidas, pues aquel que llega a nuestra ciudad y no prueba un vaso 
de chicha no ha probado nada.
La chicha de jora es una bebida parcialmente fermentada generalmente de guiñapo y de quinua, desde la época prehispánica 
se elaboraba en países como Colombia, Perú, Ecuador, Chile y 
Argentina.
Los indígenas de los Andes la preparaban así: primero cocinaban 
el maíz, después de molerlo lo mezclaban con agua y lo fermentaban en chombas de barro, lo tapaban y esperaban un tiempo 
prudencial. Se utilizaba en las fiestas y ritos ceremoniales. Es una 
bebida popular, refrescante, tiene poca graduación alcohólica y 
elevado contenido de azúcares, características que dependen del 
proceso de elaboración.
Una de las más antiguas vendedoras de chicha de jora es la señora Lola Mariño Rodríguez, anteriormente las vendedoras de chicha estaban ubicadas en los exteriores del Mercado San Camilo, 
ahora han sido reubicadas al interior.
Doña Lola está dedicada a la venta de chicha hace más de 17 
años, ella recuerda con nostalgia a “La Pola”, “La Characata” y 
“La Tomasa” sus compañeras de antaño, con las primeras que 
empezó esta tradición. Antiguamente las vendedoras tenían una 
jornada corta de trabajo desde el mediodía hasta las tres de la 
tarde, ahora las cosas han cambiado empiezan a las ocho de la 
mañana y se quedan hasta las siete de la noche.
Lola Mariño nos cuenta que este oficio le ha permito educar a sus 
siete hijos, y la clave ha sido mantener siempre una sonrisa en los 
labios ofreciendo su producto con la clásica frase “chicha, joven” 
pues sin duda siempre hay un momento para poder disfrutarla y 
poder saciar la sed.

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